Blended Learning: ¿duros a cuatro pesetas?



Reconozco que desconocía el concepto de Blended Learning. Tras descubrirlo en el temario y después de leer los documentos de Antonio Bartolomé y de Lorenzo García Aretio tengo sentimientos contradictorios por esta modalidad de formación.
Por un lado, Antonio Bartolomé justifica, no sin razón, la aparición del Blended Learning en la necesidad de reducir el gasto de profesorado presencial. A menos profesores, menos sueldos que pagar. Este razonamiento entraña, a mi entender, una problemática que a primera vista puede no ser evidente. A menos profesores, más alumnado, menos relación personal con ellos o más tiempo de dedicación para poder llegar a relacionarte con todos ellos de igual forma. Y esto puede derivar en una peor atención al alumnado o en una sobrecarga de trabajo que conllevará, con el tiempo, a una bajada en el rendimiento tutorial.
Todos tenemos claro que todo proceso de aprendizaje basado en e-learning, en cualquiera de sus variantes, necesita que haya una comunicación bidireccional, recíproca entre alumno y profesor. A mí me gusta hablar con mis alumnos. No sólo de la materia y temas que tienen que ver con mis módulos en FP. Me gusta hablar con ellos de lo que sienten, de cómo aprenden, de qué necesitan. Me gusta mirarlos a la cara y ver sus expresiones, su lenguaje no verbal.
Pienso que el Blended Learning, más allá de las motivaciones que puedan tener las instituciones, academias, centros, en cuanto a reducción de costes y reutilización de materiales, es positivo para tener esa relación cercana, física, visual con aquellas personas que están en su proceso de aprendizaje. Que sepan que estás ahí. Que sepan que pueden contar contigo. Y, de forma recíproca, que tú sepas que están ahí y que puedes contar con ellos.
Al final de su estudio Antonio Bartolomé indica que es un error pensar que el Blended Learning suponga un ahorro grande del coste de profesorado. La motivación del profesorado, la preparación del mismo, la calidad de los materiales... son elementos que hacen que este coste no disminuya demasiado. Disminuirán si el curso es reutilizable pero, ¿y si no lo es? De ahí que no podemos buscar una formación basada en e-learning cuyo coste sea muy reducido porque nadie da duros a cuatro pesetas.
Yo sí pienso que el Blended Learning es una buena variante del e-learning puro siempre que existan posibilidades de esa presencia física. ¿Y tú?
Un saludo a todos!

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